En una visita a Atapuerca, un estudiante descubre que una de las reproducciones humanas que imitan los enterramientos de los homínidos de hace miles de años es, en realidad, el cuerpo de una chica muerta. La joven parece haber sido colocada con una simbología ritual, y todas las pistas apuntan a un macabro homicidio ocurrido seis años atrás en otro yacimiento, en Asturias.