YATO AHORA TIENE A HIYORI Y YUKINE A SU CARGO, PERO ¿PODRÁ AYUDARLES?
Hiyori intenta adaptarse como puede a su nueva situación y a su habilidad de separar su cuerpo de su mente (en los momentos más inoportunos, cabe decir). Yato no es que la ayude demasiado, y parece más preocupado en reunir ofrendas que en ayudarla a ser como antes